La
retirada abrupta y desesperada de las tropas de EE. UU. de Afganistán que
culminó el recién pasado 31 de Agosto está contribuyendo de manera
significativa como una especie de efecto dominó al declive de la influencia de
EE. UU. y occidente en general en países como Irak y Siria y en Libia, grandes
productores de petróleo y gas natural.
La resistencia chiíta en el Líbano y Palestina, por igual en Irak y Siria
apoyada por los iraníes con misiles y drones sofisticados del alta precisión
para dar en el blanco refuerza la línea anti-imperialista en esa región como es
el caso del movimiento Yemení Ansa Rolá que libra una guerra de liberacion e
independencia con la monarquía multimillonaria Saudí socia y aliada histórica
de EE.UU., grupo insurgente popular que ha demostrado una capacidad y
determinación combativa sin precedente en esa zona.
Entonces resulta muy evidente que la desmoralización
combativa de las tropas estadounidenses y el moderno arsenal militar y logístico
con que cuentan los grupos patriotas árabes y africanos que combaten a Israel y
Arabia Saudita, socios y aliados de los yanquis, vislumbra una derrota militar
humillante para los estadounidenses en esos países.
*El autor es ingeniero electromecánico y reside en la ciudad de Santa Cruz de Barahona, al suroeste de la República Dominicana.
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