Teodoro Tejada*
El pasado ministro de Educación, el Lic. Antonio Peña Mirabal, es el culpable de los problemas que, tantos contratistas, no han podido cobrar.
Es importante destacar que el ministro de Educación, Dr. Roberto Fulcar, no es culpable de ese abuso de no pagarle sus trabajos a estos laboratorios contratistas.
El único culpable de estas cuantiosas deudas es el anterior ministro de Educación, Antonio Peña Mirabal, que desde que llego a ese cargo lleno de odios y prejuicios, desde su llegada a Educación, ordenó paralizar todos los pagos de cubicaciones, supuestamente para hacerle auditorías a todas esas obras, porque las misma violaban la ley 340-06, en su artículo 31, numeral 2, cuyos montos de contrato superaba el 25 %, que dice ese artículo.
Con ese mal propósito, solicitó al Codia hacerle auditorías a todos estos proyectos, en tal sentido firmó un acuerdo con el entonces Presidente del Colegio de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (CODIA), Ing. Civil, Dionisio Navarro para donde el Codia se encargara de hacer esas auditorías.
En un hecho inadecuado y absurdo, éste señor Peña Mirabal fijó intolerantemente y fuera del alcance de la ley 340-06, un monto máximo al incremento del monto original contratado que, no sobrepasará el 40 %, lo que, generó el gran problema actual.
Quien le dijo a Peña Mirabal que, por ser ministro de Educación eso le daba potestad para fijar tope máximo, contrario de una disposición legal contenida en una ley vigente, pero siguió exigiendo que se terminarán, esas construcciones de forma dictatorial.
Es que el artículo 32, numeral 1 de la ley 340-06 sobre Compras y Contrataciones Públicas específicamente deja claramente establecido, una obra puede subir el % de su presupuesto original sin ningún límite, siempre y cuando ocurrieren acontecimientos imprevisibles, donde el contratista no haya tenido que ver con los mismos.
Citamos: Articulo 32, numeral 1. Sin perjuicio de las facultades y obligaciones previstas en la legislación específica, en sus reglamentos, en los pliegos de condiciones o en la documentación contractual, el contratista tendrá:
Numeral 1. El derecho a los ajustes correspondientes de las condiciones contractuales, cuando ocurrieren acontecimientos extraordinarios o imprevisibles, con relación a las condiciones existentes al momento de la presentación de propuestas, que devuelvan el equilibrio económico del contrato.
En el caso de la especie que tratamos, los sorteos de estas infraestructuras escolares, no tenían ni el lugar donde se construirían los mismos, lo que produjo que estos diseños preestablecidos, hubo que rediseñarlo acorde al lugar donde se construyeron, con estudios de suelos reales y específicos que, muchas veces originaron movimientos de tierra por encima del 25 %, amén de que con la ley 253-12 para el Fortalecimiento Institucional, el ITEBIS, paso del 16 % al 18 % que entró en vigencia en enero del año 2013 y estos primeros sorteos fueron en noviembre del 2012.
Agregando que el dólar su tasa subió de 39.40 al 57 por un peso dominicano y al llegar a principio del año 2020 se cotizó a 60 pesos por un dólar.
En conclusión esos proyectos no tenían tope para incrementarse.
Repetimos el Dr. Roberto Fulcar un funcionario muy decente y correcto no tiene culpa, aun así, el heredó ese problema.
El presente gobierno le han llamado nudo legal, a la grave situación dejado por prepotencia de Antonio Peña Mirabal.
El presidente Luis Abinader en una actitud de responsabilidad y de solucionar éste impasse, envió al Congreso Nacional el anteproyecto de ley, el cual fue aprobado, por lo que en 1 de junio 2021, se aprobó la Ley No.118 - 21 Sobre terminación de obras viales, escuelas y hospitales que se encuentran suspendidas.
Encarga al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones de actualizar los precios generales de dichas obras.
Es importante destacar los esfuerzos que vienen realizando el Ministerio de Obras Públicas, donde su incumbente Ing. Deligne Ascención, el cuál impartió órdenes precisa para que se actualicen todos los presupuestos y se pongan todos los expedientes de los contratos de las obra contenidas en ésta importante ley 118-21.
Lo mismo que el Contralor General de la República, Lic. Catalino Correa Hiciano, el cual ha dado muestra de un funcionario eficiente y ha dado muestra de tener un fuerte sentido de la responsabilidad de su cargo en beneficio de resolver estos problemas, por lo que, emitió la Resolución
No.:1N:CGR:RCNCI-2021-07, con éste amplio instrumento el Contralor General establece las normativas que regulan la viabilidad de la aplicación y ejecución de ésta ley 118-21, lo que demuestra el interés del gobierno del Presidente Luis Abinader de querer resolver definitivamente esta situación del pago a los contratistas que, no aguantan más, ni ellos, ni sus familias.
Subrayando que el 29 de septiembre pasado, el ministro de Educación, Dr. Roberto Fulcar, se reunió en su despacho con los dirigentes de la asociación de Ingenieros y Arquitectos Contratistas del Programa Nacional de Edificaciones Escolares (ASIAC-PNEE), donde llegaron a un acuerdo con el ministro de suspender las actividades de reclamos, y el ministro impartió ordenes de proceder de inmediato a la firma de las 174 Adendas e iniciar el proceso de pago para los contratistas y también a los que están en etapa de construcción.
El Dr. Fulcar prometió además agilizar los expedientes de esos pagos y se mostró preocupado por ayudar a resolver el problema.
Los directivos de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos Contratistas del Programa de Edificaciones Escolares, se reunieron el pasado martes 12 de octubre, en la sede del Ministerio de Educación con el
Director Financiero,
Luc. Cástulo Vidal, una persona de muy fino trato con el cual formaron una Comisión de Seguimiento al proceso.
Ese mismo día se reunieron con el Subcontralor, Lic. Gerardo Espinosa, quien le dio garantías de que el Contralor General de la República, Lic. Catalino Correa Hiciano, ha dado instrucciones directas para que se cumpla con la resolución emitida para tales fines.
*El autor es un expresidente del CODIA y reside en Santo Domingo.
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