José
Bello*
Es una suerte de cadena continua que se ha distribuido
eslabón por eslabón en toda América desde Canadá hasta LA Argentina.
Todos los países y en particular Los EE.UU. deportando
miles de haitianos, y Francia la gran colonizadora de esclavos y que se tragó
todos los grandes beneficios de su principal colonia, no acepta recibir
haitianos en sus colonias de ultramar como la Guyana francesa, pero sí presiona
para que sean recibidos por República Dominicana.
Resulta evidente entonces que ante la actitud de
nuestro gobierno de no priorizar la construcción del muro fronterizo para
controlar y regular el flujo ilegal de inmigrantes desde Haití ha preferido
destinar los fondos a las áreas de interés del gran empresariado, pues la
Patria no tiene prioridad sino sus actividades empresariales que usan mano de
obra ilegal y barata.
No son acreedores de seguro de salud ni de vida y mucho
menos de organización sindical, más la carga
en atención sanitaria y educativa que el Estado tiene que invertir en
esa población de origen haitiano que ya supera los 2 millones de personas en
nuestro país, resulta claro que la inestabilidad en Haití y las repatriaciones
desde el exterior van a seguir afectando a República Dominicana y más cuando la
famosa -0IM- organización Internacional y para los Refugiados está acusándonos
de dar un trato injusto y no a los Estados Unidos que sí usa látigos y jinetes
federales armados para reprimirlo.
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