FREDDY MEDRANO
Editor en jefe
SANTO DOMINGO, República Dominicana. - La descomposición
política y social es tan grande en Haití, que el líder de la banda terrorista
que ha sembrado el terror en el empobrecido país ha conformado una especie de
Estado independiente, donde las fuerzas regulares del gobierno que encabeza el primer
ministro, Ariel Henry, no pueden entrar. Se trata del barrio La Saline, en Puerto
Príncipe.
Allí, Jimmy “Barbecue” Chérizier,
de 44 años, un expolicía y actual líder de la organización criminal más grande
de la capital haitiana, la “G9 Fanmi e Alye (G9, Familia y Aliados)”, es batuta
y Constitución. Él es quien ordena quien puede entrar y salir de esa zona.
Barbecue suele pasearse por las calles de
Puerto Príncipe con un fusil y una pistola enfundada.
Nació en 1977, Jimmy Chérizier es el más
pequeño de 8 hermanos, quienes perdieron a su padre cuando éste tenía 5 años.
Cuenta con una banda que le obedece ciegamente. El fotoperiodista Orlando Barria, que asistió a una conferencia de prensa ofrecida por Barbecue, dice que “tan sólo cruzar las barreras que bloquean los accesos al barrio, se nos pusieron al lado dos motocicletas con “soldados” de la banda, debidamente encapuchados, que nos guiaron por los callejones del barrio hasta el sitio donde Barbecue nos hablaría. Poco a poco fueron llegaron otros miembros de la prensa”.
Barbecue convocó a una conferencia de prensa
a finales de octubre, donde pidió la pidió desalojar al primer ministro Henry
por “la sangre”.
Previo al magnicidio, a Barbecue se le
atribuía una alianza con el gobierno, razón por la que supuestamente el
fallecido presidente no había hecho nada para detener a las bandas criminales
del país, según recogen agencias de noticias.
Entró joven en el cuerpo de la policía donde
llegó a tener poder por vincularse con políticos y organizaciones criminales.
Con una insignia de la policía tatuada en su antebrazo derecho, fue despedido
de su cargo, cerca de finales de 2018, luego de que dejó de presentarse a
cumplir sus funciones.
Barbecue es acusado de crímenes como robos y
masacres, especialmente, de la ocurrida el 13 de noviembre de 2018 en La
Saline, Puerto Príncipe, que dejó 59 muertos.
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