FREDDY
MEDRANO
Editor
en jefe
SANTO
DOMINGO, República Dominicana.- El
municipio de Baní, al sur de la República Dominicana, no cuenta con autoridades
que pongan el orden en esa comunidad, donde los perturbadores de la paz pública
ha convertido a esa localidad en un infierno, declaró monseñor Víctor Masalles,
obispo de la provincia Peravia.
Dijo
que los dueños de colmadones con equipos de música a alto volumen insostenible
para el oído han llevado al desasosiego a las personas que han entrado a una
edad avanzada.
“Pobre
Baní, huérfano de autoridades”, disparó el religioso a través de su cuenta
personal de Twitter.
De
acuerdo con el jefe de la iglesia católica en esa zona, “el
ruido de la música en alto volumen arruina la paz de los que en un pasado
dieron la vida por el pueblo”.
Baní
tiene una larga tradición de que sus residentes se han dedicado a la actividad
comercial a través de establecimientos de colmados.
Monseñor
Masalles dijo que las personas mayores “ven ahora que la autoridad la tienen
los dueños de colmados, bocinas y desconsiderados”.
La
población de Baní, según el censo del 2014, alcanza unas 145,595 personas.
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