Juan Guiliani Cury*
Donetsk y Luhansk son dos provincias ubicadas al este
de Ucrania donde está ubicada la zona principal de conflicto entre Rusia y su
antigua república de Ucrania.
Se puede decir sin temor a equivocarnos, que tanto Ucrania como Rusia, son harina del mismo costal. Ucrania fue parte
de la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) bloque de naciones de Europa
del Este que fue disuelta en 1991 cuando se desplomó la llamada cortina de hierro liderada por Moscú. Ucrania fue quizás dentro
del bloque de las 12 exrepúblicas soviéticas, el territorio de mayor desarrollo
económico y tecnológico que tenía la URSS.
Dentro del territorio ucraniano existen dos pequeñas
repúblicas Donetsk y Luhansk, que aunque pertenecen a Ucrania, pero que dentro
de su población étnica existe un alto número de ciudadanos pro-rusos, y que
desde 2014 a raíz de la ocupación de Rusia en la península de Crimea, han
declarado una guerra interna contra el gobierno de Kiev, y centro político de ese país.
Las pretensiones de los separatistas de estas dos
repúblicas, es separarse de Ucrania y
ser parte de Rusia. En la incertidumbre de un eventual conflicto armado entre
Rusia y Ucrania, los dos territorios integracionistas y reconocidos ahora por
el presidente ruso Vladimir Putin, en una decisión que rompe los acuerdos
Minsk, de 2014, constituyen –quiérase o no - un área sumamente estratégica para
los intereses de Moscú, en caso de que Putin decida invadir, ya sea parcialmente o de manera total, al vecino territorio ucraniano.
Moscú, según
reportes de prensa tiene unos 190,000 efectivos apoyados también por unidades de combate bielorrusas, además, de equipos pesados acantonados en la frontera con
Ucrania. Pero el problema central está
en que Putin rechaza a que Ucrania sea parte de la Organización del Tratado del
Atlántico Norte (OTAN) controlada por Estados Unidos y principal fuerza militar
de defensa de los intereses occidentales en Europa.
Nuestra opinión, es que la sangre en esta importante
zona del mundo no llegara al río. Hay muchos intereses que convienen a ambas
partes. Rusos y ucranianos, son la misma cosa. La mediación de la alta
diplomacia internacional, que de ambos bandos trabajan intensamente en poder
llegar a un acuerdo satisfactorio entre las partes en conflicto cesando los
choques armados y que el encuentro en la frontera en Bielorussia se selle la
paz entre hermanos. Es la esperanza de todos. La paz mundial así lo demanda.
*El autor es economista. Experto en negociaciones comerciales internacionales.
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