Juan Guiliani Cury*
El puerto
de Cabo Rojo queda a una distancia de aproximadamente 301 kilómetros al
suroeste de la ciudad de Santo Domingo.
Esto
es para dar una idea por donde andamos. Ubicado en la provincia de Pedernales,
este puerto fue utilizado y construido en su primera fase de desarrollo por la
compañía de capital norteamericano Alcoa Exploration Company, que explotaba las
minas de bauxita en dicho entorno.
La
Alcoa sirvió también de albergue al aeropuerto del mismo nombre, y era
utilizado mayormente para el transporte de ejecutivos y empleados de la
compañía minera. También, sirvió de base para vuelos internos de la antigua
Compañía Dominicana de Aviación (CDA) y otras aerolíneas pequeñas locales en
años posteriores. El pasado jueves 26 de mayo, el presidente Luis R. Abinader,
dio el primer picazo para la construcción de un nuevo puerto para atraer
cruceros a la paradisiaca zona suroestana, donde también, se encuentra Bahía de
las Águilas, considerada un santuario de agua cristalina y arena blanca, de
color turquesa, con una extensión de 8 kilómetros de playa.
El
entorno es parte del Parque Nacional Jaragua. El costo del puerto que se
llamaría Port Cabo Rojo un tiene un estimado de $97.3 millones de dólares, y el
paraestatal Banreservas, proveería un financiamiento inicial de $40 millones de
dólares.
La obra
es parte de la agenda de prioridades de inversiones de la administración
Abinader en la modalidad de Alianza Pública-Privada (APP). La esclusa sería
construida por la compañía privada mexicana ITM Group.
Reviste
importancia el inicio de esta importante obra de infraestructura para relanzar
la provincia de Pedernales y preservar la biosfera de la zona. La construcción
del puerto serviría para albergar modernos cruceros y yates, dotando esa punta
de la isla fronteriza con Haití, de instalaciones turísticas de primera calidad
y elevar el nivel de vida del pueblo de Pedernales y territorios aledaños.
Pedernales,
de acuerdo con el MEPYD, tiene un índice de pobreza promedio considerado por debajo
del resto del país.
Se
espera que la iniciativa privada complemente la gestión oficial con inversiones
de capital y otros aportes. El polo Pedernales, estaría reservado-según se ha
dicho- para el ecoturismo y la diversificación de la oferta turística nacional
y extranjera, y estaría llamado a convertirse en un espacio emblemático
vacacional en la Región del Caribe, que contaría, además, con sistemas de
alcantarillados, saneamiento ambiental, acueductos, centros de salud,
guarniciones para la seguridad ciudadana, calles, hoteles, restaurantes, villas
y desarrollo agrícola, entre otras facilidades de incentivos y estimulen la
inversión.
*Juan Guiliani es economista, experto en negociaciones comericales. Ha sido funcionario diplomático. Reside en Santo Domingo.
0 Comentarios