👉Serafín
Ramírez Dirosier trabajó, además, como mesero en varios restaurantes en
Chacaíto, Caracas, Venezuela. Foto Freddy Medrano, El Orientador.
Freddy Medrano
Redactor en jefe
CONSUELO, San Pedro de Macorís, República Dominicana
(EXCLUSIVA). –El caso de
Serafín Ramírez Dirosier es digno de un guion para una película. Desde
Consuelo, en San Pedro de Macorís, marchó a Caracas, Venezuela, en1992, en
medio de la intentona golpista al gobierno de Carlos Andrés Pérez, por un grupo
militar encabezado por el coronel Hugo Rafael Chávez Frías.
El petromacorisano
llegó a territorio caraqueño solo con las manos dentro de los bolsillos.
Ramírez Dirosier no lo
pensó dos veces, y consiguió trabajo como portero “muy peligroso para esa época
cuando la delincuencia en Venezuela estaba a dos por uno”.
“Tú sabes que, en ese
año, había una delincuencia tremenda en Venezuela”, dijo con aire de galán.
“Allí se presentaban
delincuentes en los negocios y querían entrar a la mala, y tuve que manejarme”,
explicó.
Ramírez Dirosier tuvo
que recurrir a su experiencia como petromacorisano al fin, y de inmediato se afilió
al deporte donde Muhammad Alí, Casiuss Clay, fue el rey absoluto.
“Tuve que tener unas
cuantas peleas sin querer pelear, pero me vi obligado debido a que esos
delincuentes me iban arriba como comerse a su papá”, rememoró.
El dominicano, que
perteneció al Ejército Nacional, aseguró que en más de 15 peleas que tuvo con
los delincuentes venezolanos nunca pudieron vencerlo.
“No se pelear, pero me
supe defender de los golpes, estoy preparado para eso”, precisó Ramírez
Dirosier
👉Serafín
Ramírez Dirosier. Fotografía Freddy Medrano, El Orientador.
Asegura que trabajó en
el Chacaíto, uno de los sectores que para ese entonces registraba uno delos índices
más altos de delincuencia en todo el territorio de Caracas, la capital de
Venezuela.
El
antiguo empleado del ingenio Consuelo de San Pedro de Macorís dijo que para
salir exitoso en sus peleas puso en práctica los pleitos que, en sus tiempos de
juventud en el municipio de Consuelo protagonizaba con los muchachos de su
barriada.
Ramírez
Dirosier asegura que por una invitación de una amiga tuvo que salir a
Venezuela, y en ese momento donde trabajaba “hubo un exceso de liquidez”.
Hoy, a
sus 74 años, Ramírez Dirosier, pensionado, se pasea todas las mañanas por su
amado municipio de Consuelo.
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