José Manuel Mesa*
El deficiente gobierno dominicano anunció recientemente la
importación de 75,000 toneladas de azúcar, lo que ha generado críticas y
cuestionamientos acerca de la sostenibilidad de la producción de azúcar en el
país.
Es penoso que un país como República Dominicana, con una
larguísima tradición azucarera que se remonta a la época colonial, no pueda
suplir su demanda de azúcar con la producción local.
Recordemos que, durante el siglo XX, la industria azucarera
fue una de las principales fuentes de ingresos y empleo para el país,
especialmente durante la llamada “danza de los millones”, una efímera
efervescencia económica vivida entre 1918 y 1921, cuando los precios del azúcar
se dispararon en el mercado internacional debido a la escasez provocada por la
Primera Guerra Mundial.
Este gobierno se caracteriza por la improvisación y las importaciones,
en este caso del azúcar, perjudica principalmente al sector agrícola del país,
pues acciones como estas desincentivan el desarrollo y diversificación de la
agroindustria, sector que además de la producción de azúcar, aprovecha el
potencial de la caña para producir otros productos como etanol, papel, plástico
biodegradable y generar energía renovable.
El gobierno dominicano ha fallado en garantizar la
sostenibilidad de la producción nacional, pues no ha sido capaz de implementar
políticas públicas que apoyen al sector agropecuario, dejándolo desprotegido
frente a los vaivenes del mercado.
La importación masiva de azúcar evidencia pérdida de
competitividad y soberanía alimentaria del país, así como el abandono de una
tradición histórica y cultural que forma parte de la identidad dominicana.
Sin embargo, tras estos tragos amargos que nos da el
gobierno, sabemos que el retorno de Leonel Fernández al timón nacional
implicará volver a impulsarse los programas y proyectos importantes para el
desarrollo y la diversificación de la producción agrícola y pecuaria, pues el
presidente del Partido La Fuerza del Pueblo es un promotor permanente de la
innovación tecnológica y la capacitación técnica de los sectores productivos.
Un ejemplo de lo que decimos lo constituye la creación del
Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IDIAF) o el
Instituto Tecnológico de Las Américas (ITLA).
Leonel es el presidente ideal para promover la agropecuaria
dominicana, pues cuenta con una amplia experiencia y visión estratégica en
beneficio para nuestro país.
*José Manuel Mesa es precandidato a la Alcaldía del municipio Santo Domingo Oeste por el partido Fuerza del Pueblo.
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