Freddy Medrano
Editor en jefe
SANTO DOMINGO, República Dominicana
(REPORTAJE).- Tras el asesinato del tirano Rafael
Leónidas Trujillo, el 30 de mayo de 1961, la ira se apoderó de su hijo Ramfis
Trujillo, quien al momento del ajusticiamiento se encontraba en París, Francia.
Al recibir todos los pormenores de la muerte del hombre
que llegó al poder el 16 de mayo de 1930, el hijo mayor del sátrapa de San Cristóbal
hizo todos los arreglos para regresar inmediatamente a Santo Domingo.
Ramfis, al pisar tierra dominicana, preguntó quiénes
habían participado en el atentado contra su padre. Varios de los ajusticiadores
a Trujillo fueron apresados, entre ellos Pedro Livio Cedeño, quien fuer herido,
por lo que es ingresado a la Clínica Internacional, para ese entonces
localizada en la avenida México cerca de lo que es hoy el Ministerio de
Hacienda.
Una de las primeras acciones de Ramfis fue dirigirse a la
Hacienda María, en la provincia de San Cristóbal, donde fueron llevados algunos
de los apresados de participar en el complot que acabó con la vida de
Trujillo.
Estando en la Hacienda, el hijo del dictador, envenenado por
la ira, participó directamente en los interrogatorios que se llevaron en una
zona campestre de la provincia sureña.
Luego de concluir los interrogatorios, Ramfis encabezó
una acción macabra contra los apresados: Les extrajo con una pinza, a sangre
fría, las uñas a los detenidos.
En su obra “Memorias de un cortesano de la Era de
Trujillo”, el fenecido expresidente Joaquín Balaguer, una persona de suma
importancia dentro del régimen trujillista, narra parte de los interrogatorios
que se le practicaron a Pedro Livio Cedeño en la Clínica Internacional.
Balaguer refiere que Cedeño dijo a los investigadores que
los conspiradores “tenían el propósito de ponerme al corriente de esa trama algún
tiempo antes de que se consumara la misma”.
El declarante, Pedro Livio Cedeño, agregó que no sabía
con certeza si se había cumplido ese propósito, pero sí estaba seguro de que el
mismo primaba en el ánimo de varios de los conjurados.
“Un tiempo después el propio Ramfis comentó con alguno de
sus allegados, que si otro de los 12 comprometidos en el complot hubiera
corroborado esa revelación, habría procedido conmigo en la misma forma en que
se procedió con el General José René Román Fernández”, refiere Balaguer en la
obra citada.
“Afortunadamente ninguno otro de los conjurados hizo
declaraciones que confirmaran esa denuncia, por lo que finalmente se desechó”,
precisó el fenecido líder del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).
José René Román Fernández, fue secretario de las Fuerzas Armadas
al final de la tiranía de Trujillo, y terminó siendo torturado, mutilado y sus
restos lanzados al mar. Se le acusó de participar en los preparativos para el
asesinato del dictador de San Cristóbal.
*Por favor, te rogamos comentar esta información al final de la página, donde dice: HACER UN COMENTARIO.
Te rogamos, además, escuchar nuestra estación Orientador Radio: Música, noticias, la cotización diaria del dólar y el euro, así como los vuelos del Aeropuerto Internacional de Las Américas doctor José Francisco Peña Gómez.
0 Comentarios