Freddy Medrano
Redactor en Jefe
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El Banco Central (BC) anunció que decidió mantener la tasa de interés de política monetaria en un 3.0 %, al tiempo de asegurar que cuenta con reservas internacionales por encima de los US$12 mil millones, lo que le permite cubrir las importaciones de hasta un período de siete meses.
A continuación el
comunicado del BC:
En su
reunión de política monetaria del mes de abril de 2021, el Banco Central de la
República Dominicana (BCRD) decidió mantener su tasa de interés de política
monetaria en 3.00 % anual. De este modo, la tasa de la facilidad permanente de
expansión de liquidez (Repos a 1 día) permanece en 3.50 % anual y la tasa de
depósitos remunerados (Overnight) en 2.50 % anual.
La decisión
sobre la tasa de referencia se basa en el análisis exhaustivo del impacto del
COVID-19 sobre la actividad económica y la evolución futura de la inflación. En
particular, la variación mensual del índice de precios al consumidor (IPC) en
marzo fue de 0.60 %, mientras que la inflación acumulada durante el primer
trimestre fue de 2.27 %. Asimismo, la inflación subyacente, que excluye los componentes
más volátiles de la canasta básica, alcanzó 5.58 % en marzo 2021. Por otro
lado, la inflación interanual asociada a la serie analítica de la nueva base
(octubre 2019- septiembre 2020) se ubicó en 7.71 % en marzo de 2021, en cuyo
comportamiento ha incido el efecto estadístico con respecto a la base de
comparación, ya que en el mes de marzo del año 2020 la variación del IPC fue
negativa (-0.52 %).
En adición,
la dinámica reciente de la inflación ha estado influenciado por choques de
costos como resultado de incrementos en los precios de insumos alimenticios
importados, así como de mayores precios internacionales del petróleo. Es
importante señalar que, debido a estos factores exógenos, el sistema de
pronósticos del BCRD indica que la inflación interanual se ubicaría de forma
transitoria por encima del límite superior de la meta de 4.0 % ± 1.0 % durante
los próximos meses, para luego retornar de forma gradual al rango meta durante
la segunda mitad del año, a medida que se disipen los efectos de los referidos
choques de costos pasados.
Estas
proyecciones de inflación, las expectativas de los agentes económicos ancladas
a la meta y un nivel de actividad económica por debajo del potencial, junto a
la fortaleza de los fundamentos macroeconómicos, otorgan el espacio suficiente
para que el Banco Central continúe manteniendo condiciones monetarias
favorables con el propósito de mantener el apoyo al proceso de recuperación
económica.
En el
entorno internacional, a pesar de que se mantiene complejo el panorama asociado
al COVID-19, se han logrado avances importantes en los procesos de vacunación
de múltiples países, alcanzándose casi mil millones de vacunas administradas a
nivel mundial, lo que ha contribuido a perspectivas económicas más positivas.
En ese sentido, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé una recuperación
más fuerte de lo inicialmente esperado, proyectando un crecimiento para la
economía global de 6.0 % en 2021, de acuerdo a su más reciente Informe de
Perspectivas de la Economía Mundial.
En Estados
Unidos de América (EUA), nuestro principal socio comercial, las perspectivas
son cada vez más optimistas, apuntando a un crecimiento en EUA de 6.4 % para
2021, según el FMI. En efecto, estimaciones preliminares indican que la
economía estadounidense se expandió en 0.4 % interanual durante el primer
trimestre de 2021, impulsada por el consumo y la inversión. Asimismo, se prevé
que la Reserva Federal mantenga la tasa de fondos federales en el rango de 0.0
% y 0.25 % anual durante los próximos años, a la vez que continuaría
implementando programas de flexibilización cuantitativa para incentivar el
crédito privado. Adicionalmente, la economía continuará beneficiándose del
impulso provisto por el programa de alivio económico para los hogares y las
MIPYMES de US$1.9 billones de la administración del presidente Joseph Biden, a
la vez que se han anunciado planes para mejorar la infraestructura, la salud y
la educación, que contribuirían a un mayor dinamismo económico.
Por otro
lado, la actividad económica en la Zona Euro se está recuperado de forma más
gradual, proyectándose para 2021 una expansión de 4.4 %, influenciada por la
reimposición de medidas de restricción a la movilidad y un ritmo de vacunación
más lento de lo esperado. Frente a esta coyuntura, el Banco Central Europeo
mantiene la tasa de depósitos overnight en -0.50 % anual, mientras implementa
medidas de provisión de liquidez a través de la compra de títulos públicos y
privados en el mercado secundario, así como operaciones de refinanciamiento de largo
plazo.
En América
Latina, las previsiones del FMI apuntan a una expansión de 4.6 % en 2021 para
la región, condicionada a que se moderen los altos niveles de contagios en
economías importantes como Brasil, Perú, Chile y Colombia, así como a los avances
en los programas de vacunación. En este contexto, los bancos centrales
mantienen bajas sus tasas de política monetaria y continúan implementando
paquetes significativos de provisión de liquidez y de financiamiento al sector
privado.
Con relación
a las materias primas, el precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) se
situó en torno a US$61 dólares el barril en promedio durante abril, en
respuesta a una mayor recuperación de la actividad mundial. Para mitigar este
incremento en la demanda, la Organización de Países Exportadores de Petróleo y
sus aliados (OPEP+) decidió incrementar gradualmente la producción en los
próximos meses, lo que podría contribuir a una estabilización en los precios
del crudo según los organismos especializados. Asimismo, se han mantenido
elevados los precios internacionales de algunos alimentos como consecuencia de
una mayor demanda por parte de economías emergentes de gran tamaño, esperándose
una ligera moderación en sus precios para el segundo semestre, según el Banco
Mundial. Por otro lado, el precio del oro promedió los US$ 1,760 dólares por
onza troy en abril, al ser utilizado como refugio de valor, lo que beneficia a
la República Dominicana a través de las exportaciones de este metal.
En el
entorno doméstico, el proceso de recuperación de la economía dominicana se ha
acelerado, destacándose el crecimiento del Indicador Mensual de Actividad
Económica (IMAE) de 10.6 % durante el mes de marzo, una marcada mejoría desde
el 1.1 % de expansión registrado en el mes de febrero. Es importante señalar
que este resultado estuvo influenciado por el dinamismo de importantes sectores
productivos como Construcción, Manufactura Local, Zonas Francas, Comercio,
entre otros.
Hacia
adelante, los modelos de pronósticos del Banco Central indican que la actividad
económica podría alcanzar una expansión en torno a 5.5 % - 6.0 %, consistente
con las proyecciones del FMI, Banco Mundial, agencias calificadoras y bancos
internacionales, como Moody’s y Bank of America. El repunte previsto de la
economía dominicana estaría apoyado en mejores perspectivas de la actividad
mundial, junto al avance en el plan de vacunación y el esfuerzo coordinado de
las políticas monetaria y fiscal para dinamizar la demanda interna e impulsar
la recuperación de los sectores productivos.
En efecto,
el Banco Central ha implementado un amplio programa de estímulo monetario a
través de la reducción en 150 puntos básicos en la tasa de política monetaria
desde marzo de 2020 y medidas para incentivar el crédito al sector privado. En
particular, se han dispuesto facilidades de liquidez en moneda nacional por
unos RD$ 215 mil millones (cerca de 5 % del Producto Interno Bruto), con el
objetivo de fomentar el financiamiento y las reestructuraciones de deuda,
habiéndose canalizado a través de los intermediarios financieros unos 90 mil
préstamos. Como resultado de las medidas monetarias, se ha registrado una
reducción de más de 300 puntos básicos en la tasa de interés activa promedio
ponderado de la banca múltiple, mientras que los préstamos privados en moneda
nacional se expanden en torno a 9 % interanual al cierre de abril, continuando
como una de las tasas de crecimiento más altas de la región.
Por otro
lado, se mantiene la tendencia positiva en las recaudaciones tributarias como
un reflejo de la reactivación de la demanda interna. Asimismo, el Gobierno ha
puesto en marcha distintos planes de apoyo a los sectores productivos, tales
como el turismo, la agricultura, la industria y las exportaciones, además del
inicio de importantes proyectos de inversión pública. Este incremento esperado
en el gasto de capital, junto a las medidas de estímulo monetario y al avance
en los planes de vacunación, deberán contribuir a una mayor recuperación de la
actividad económica en los próximos trimestres.
En el sector
externo, se mantiene el alto dinamismo de las remesas familiares y de las
exportaciones que crecieron en torno a 50 % y 7.5 % durante el primer
trimestre, respectivamente; mientras que el turismo se recupera gradualmente
con un incremento interanual de 16 % en la llegada de pasajeros no residentes
durante el mes de marzo. Se espera que las actividades del sector externo
continúen con este buen desempeño de durante el resto del año, beneficiadas por
el repunte de la economía de EUA y por la implementación de medidas de estímulo
fiscal en ese país.
Los niveles
de reservas internacionales se mantienen elevados, por encima los US$ 12 mil
millones, equivalentes a una cobertura de aproximadamente 14.6 % del PIB y unos
7.4 meses de importaciones, superiores a las métricas recomendadas
internacionalmente. Esta posición fuerte de reservas y la mejoría en el flujo
de divisas han contribuido a mantener la estabilidad relativa del tipo de
cambio, reflejada en una ausencia de presiones en el mercado cambiario durante
los meses recientes.
El Banco
Central de la República Dominicana reafirma su compromiso de conducir la
política monetaria hacia el logro de su meta de inflación y el buen
funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos. En ese sentido, la
institución se mantendrá dando especial seguimiento al impacto del COVID-19
sobre la economía dominicana, encontrándose preparada para continuar
reaccionando de forma oportuna ante factores que puedan poner en riesgo el
objetivo de inflación y afectar la estabilidad macroeconómica.
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