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Costumbrismo: Mamá me dejó de herencia “El colmado del aguacate sin semilla”

 


 Está localizado en una de las principales calles del municipio de Tamayo, en la provincia Bahoruco, a unos 277 kilómetros al suroeste de Santo Domingo, la capital de la República Dominicana.Foto:Guillermo Burgos.

FREDDY MEDRANO

Editor en jefe

Tamayo, provincia Bahoruco, República Dominicana (Exclusivo). – Manuel Emilio Santana González, a sus 53 años, no tuvo otra mejor suerte que heredar de su madre un creativo y pintoresco negocio que su progenitora le ordenó que cuidara con esmero: “El colmado del aguacate sin semilla”.

Ubicado en una de las principales calles de este sureño municipio productor de bananos en grandes cantidades, Santana González, de profesión maestro en construcción, sigue con religiosidad la encomienda de su madre, Cristobalina González, quien falleció hace más de seis meses.

“Ella era la que vendía los aguacates por más de 30 años, y ella le decía a la gente que los aguacates no tenían semillas, eso era una estrategia de mamá”, confiesa.


Manuel Emilio Santana González siguió la tradición de su madre de vender los aguacates que, entre los más pobres, son un manjar a la hora del almuerzo. Foto: Guillermo Burgos.

Santana González asegura que nunca en su vida ha visto un aguacate sin semilla, y le atribuye a su madre tener un gran ingenio para promocionar la venta de la palta como le llaman en Chile, Argentina, Perú, Bolivia y otros países de América Latina.

De eso vive

No solo del pan vive el hombre, dice un refrán, sino también del aguacate como le ocurre a Santana González.

“Yo soy maestro constructor, pero mi mamá me dejó esto aquí, este colmando, y me está yendo bien vendiendo los aguacates, y nunca he dejado de vender los aguacates”, asegura.

El padre de Santana González murió mucho antes que su madre en el municipio de Tamayo, a unos 277 kilómetros al suroeste de Santo Domingo, la capital de la República Dominicana.


Santana González dice que con el negocio dejado por su madre está contribuyendo a la crianza de dos hijos. Foto: Guillermo Burgos.

Antes de despedirse de los periodistas de El Orientador, el maestro constructor y ahora colmadero Santana González emitió esta sentencia: “Cuando vengan a Tamayo no dejen de visitar el colmado del aguacate sin semilla”.

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