FREDDY MEDRANO
Editor en jefe
SANTO DOMINGO, República Dominicana. (Exclusivo) – La lejana República de Argentina, en
el cono sur, ha despertado el interés de cientos de dominicanos que se
interesan por viajar a esa nación en busca de trabajo y, en el menor de los
casos, para conocer la cultura y los diversos lugares turísticos de la nación
andina.
Cada día decenas de
residentes de diferentes partes de República Dominicana hacen filas en la
embajada de Argentina en Santo Domingo en busca de obtener el visado para
visitar a la patria que le dio acogida al prestigioso intelectual dominicano
Pedro Henríquez Ureña.
Tal es el caso de Génesis D Peña Guzmán, cuya madre vive en Buenos Aires desde hace 12 años como
estilista en un salón de belleza.
“Yo quiero ir a ver a mi mamá porque lleva 11 años viviendo en Buenos Aires, quiero verla, yo nunca he ido a la Argentina”, dice.
El caso de Sandra Martínez
es diferente. Ella vive en Buenos Aires, donde trabaja como doméstica en una
residencia cuyos propietarios son colombianos.
Martínez es del sector
Los Girasoles, al noreste de Santo Domingo.
“Yo vivo en Argentina
desde aproximadamente 7 años. Es muy linda la ciudad y me gusta el buen
ambiente de Buenos Aires”, refiere.
Cuenta que sus
empleadores se sorprenden cuando le recuerdan que es dominicana.
“Muchacha que tú haces
aquí, a nosotros nos encanta la belleza de Santo Domingo”, le dicen sus
patronos.
Su queja
Martínez señala que la
comunidad de dominicanos residentes en Buenos Aires es muy parca al hablar con
sus compatriotas.
“Allá, los dominicanos
hablan muy pocos unos con otros, es distinto a los de otros países que tienen
presencia en la Argentina”, sostiene.
Al llevar un efectivo
de seguridad de legación bonaerense en Santo Domingo, Martínez organiza sus
papeles y la entrevista con periodistas de El Orientador está casi finalizando.
La joven Génesis Peña Martínez dice que va a visitar a su madre a Buenos Aires, donde trabaja como estilista de un salón de belleza desde hace 12 años. Foto: Freddy Medrano.
“Nos vemos, y espero
que usted de una vueltecita por la Argentina”, me despide con una sonrisa.
Son las once de la mañana
y el calor ataca en la céntrica avenida Máximo Gómez, donde está ubicada la
embajada de la República Argentina.
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