El empresario Máximo Mejía Almonte, propietario de Encajes La Rosario, aseguró que el comerciante que le entregó la primera mercancía para que la vendiera, le dio un peso para el pasaje. Foto Freddy Medrano.
Reportaje Especial
Redacción Freddy Medrano
SANTO DOMINGO, República Dominicana
(EXCLUSIVA). - Cuando se
tiene la perspectiva hacia el éxito, no importan los caminos que hay que
atravesar para llegar a la cima.
Este axioma se pueda
aplicar a Máximo Mejía Almonte, quien desde los18 años empezó a trabajar en
un taller de ebanistería, sin nunca imaginarse que sería el propietario de la
empresa Encajes La Rosario, que la abrió con RD$68 a crédito. Jiménez Almonte
señala que no sabía nada de telas, encajes y otros insumos de la industria de
la moda y el buen vestir.
“No estaba en eso de
negocio, porque yo trabajaba en taller de ebanistería, y un primo mío me dijo
tú quieres vender encajes; yo no conocía eso”, asegura.
Cómo empieza
Mejía Almonte dice
que a él y a su primo un comerciante de telas les dio dos cajitas con encajes
para que salieran a vender a las calles. “A él le dieron una con 78 pesos y a
mi otra con 68 pesos”, refiere.
Asegura que su primo, a
los ocho días, le dijo: Mira vamos a entregar estas cajas que nosotros no vamos
a salir con ellas.
“Le dije entrégala la
tuya, que yo me voy a quedar con ella”, le respondió a su pariente.
Mejía Almonte afirmó
que se ubicó en una de las aceras de la avenida Duarte, frente a la tienda La
Gran Vía, donde en una pequeña cajá de cartón comenzó a vender encajes. Eso
ocurrió en 1972 cuando el hoy empresario tenía 18 años.
Ahí comenzó lo que es
hoy Encajes La Rosario, en la calle José Martí esquina Barahona, en el pleno
corazón del sector de Villa Francisca, en el Distrito Nacional, que en la
actualidad cuenta con 207 empleados y una sucursal en la calle Gustavo Mejía
Ricart esquina Winston Churchill, de la capital.
Máximo Mejía Almonte,
propietario de Encajes La Rosario, asegura que nunca hay que rendirse ante las
dificultades.Foto Freddy Medrano.
Mejía Almonte explicó que la dimensión de Encajes La Rosario se debe a la actitud de emprendedurismo que tuvo desde que se colocó en una de las aceras de la avenida Duarte.
“Hoy esta empresa,
Encajes La Rosario surte a todos los diseñadores de ropa, modistas y
manualidades. Esta empresa es conocida por el país entero”, expresó.
Su estrategia
Mejía Almonte
recuerda que el primer día, que comenzó con una cajita de cartón en la avenida
Duarte, vendió 9 pesos.
“La gente me iba
preguntando, tú tienes hilo, tú tienes zipper, y yo les decía vengan mañana, y
así comencé para lo que es hoy Encajes La Rosario”, aseguró.
Para el empresario propietario
de Encajes La Rosario, todo está en el emprendimiento. Labrarse camino por sí
solo, pero teniendo un objetivo de alcanzar el éxito sin importar las
dificultades.
De dónde viene
Mejía Almonte nació
en el seno de un modesto hogar en el municipio de Gaspar Hernández, en la
provincia Espaillat, en el propio corazón de la región del Cibao.
Es el número 7 de 14
hijos que procrearon sus padres, en la localidad norteña.
Mejía Almonte procreó
tres hijos, dos hembras y varón; las primeras atienden la sucursal de la
Gustavo Mejía Ricart, y el joven lo acompaña en las labores de Encajes La
Rosario, de la José Martí.
Escribe libro
El oriundo de Gaspar
Hernández no pretende sumergirse en el egoísmo del éxito empresarial.
Dice que quiere
compartir su prosperidad en el mundo de los negocios, dando buenos consejos.
En su libro, Máximo Mejía Almonte llama a la juventud a concentrarse en los estudios y ser emprendedores
para tener éxito en la vida. Foto Freddy Medrano.
Es por ello que Mejía Almonte escribió un libro para los emprendedores: “Tras las huellas de éxitos de Encajes La Rosario”.
“Este libro es para los
emprendedores, para todo aquel que quiera emprender y poner su negocio, que no
hay que tener una fortuna para poner un negocio, porque yo comenzó con 68 pesos
a crédito”, exhortó.
El libro escrito por Mejía Almonte cuenta con comentarios favorables del empresario José Luis Corripio
(Don Pepín), llamado el capitán de empresas.
Solidaridad
El éxito de Máximo Mejía Almonte no se lo guarda para sí solo, luego de alcanzar la prosperidad económica, este empresario cibaeño ayuda a sus hermanos, varios de los cuales son empleados de Encajes La Rosario.
"El éxito hay que compartirlo, creo fundamentalmente en eso", precisó Mejía Alomnte.
En su exitosa carrera como empresario, el propietario de Encajes La Rosario tiene presente el recuerdo de sus primeros pasos como comerciante. En su memoria está su primo con quien inició el trabajo en una pequeña caja de cartón en una de las aceras de la avenida Duarte.
Aquel primo que invitó a Mejía Almonte a abndonar el negocio en la primera semana de sus inicios.
A ese primo el dueño de la principal tienda del país en mercería le construyó una casa valorada en RD$3.0 millones y un carro para buscar el pan de sus hijos.
"Siempre que él pasa por mi tienda, le extiendo la mano con la entrega de dinero para que se siga desenvolviendo en la vida", aseguró Mejía Almonte.
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