👉De izquierda a derecha,
el doctor José Francisco Peña Gómez, el licenciado Fernando Álvarez Bogaert y
el doctor Joaquín Amparo Balaguer Ricardo.
Redacción Freddy Medrano
Editor en jefe
SANTO DOMINGO, República Dominicana
(EXCLUSIVO). - Joaquín
Balaguer, quien ocupó la Presidencia de la República por 24 años de forma no
consecutiva, manejaba el “ajedrez político” a la perfección, a pesar de que
dedicó parte de su tiempo al campo literario como ensayista, poeta y un
contertulio de las veladas literarias, particularmente en Santiago, ciudad a la
que pertenece su pueblo natal, Navarrete, antiguamente llamado Villa Bisonó.
Su jugada maestra la
puso en práctica en 1996, cuando logra la firma del denominado Frente
Patriótico entre los partidos Reformista Social Cristiano (PRSC) y de la
Liberación Dominicana (PLD), lo que le permitió el triunfo al entonces joven en el
campo político, doctor Leonel Fernández, frente a un José Francisco Peña Gómez,
del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), a quien todas las encuestas y el
sentir de la población lo daban como favorito para las elecciones del 16 de
mayo de 1996. El carismático líder perredeísta llevaba como compañero de boleta,
al licenciado Fernando Álvarez Bogaert, un antiguo director del poderoso Consejo
Estatal del Azúcar (CEA).
El autor del libro “El
Cristo de la Libertad” empezó a utilizar todo su ingenio político contra Peña Gómez
y su compañero de fórmula Álvarez Bogaert.
Todos los sectores
políticos adversos al poeta más preclaro de Navarrete, rodaron la tesis de, que
la acción de Balaguer contra Peña Gómez era por su color y ascendencia haitiana,
quien tuvo que ser acogido por la familia Bogaert en sus grandes fincas
arroceras de Mao para que no fuera arropado por la vorágine de Rafael Leónidas
Trujillo después, de lo que se conoce en la Historia Dominicana como “La
matanza del 37”, dirigida contra los haitianos que se encontraban residiendo de
manera ilegal en país para el 1937.
Algunos sectores
nacionalistas y de la extrema derecha entendían que una vez Peña Gómez en el
poder después de las elecciones de 1996, una avalancha de haitianos penetraría
al país para establecerse en República Dominicana.
Sin embargo, eso no era
el pensamiento y la postura de Joaquín Amparo Balaguer Ricardo. Su olfato
político lo dirigía hacia otra dirección. Su adversario político hasta 1996,
Juan Bosch y Gaviño decía con voz fuerte: En política hay cosas que se ven y
otras que no se ven”.
Para 1996, el presidente
de la República y líder del PRSC, en su condición de primer mandatario de la nación,
recibía informaciones de todo tipo, sobre todo de aquellas que llaman “secretos
de Estado”.
Una fuente cercana a
Balaguer, y que pidió reserva de su nombre, reveló a los periodistas de El
Orientador que el escritor y político recibió, mucho antes de las
elecciones presidenciales de 1996, informes de que Peña Gómez estaba afectado
de una grave enfermedad.
Ese dato llevó a
Balaguer a poner en práctica su ingenio político, y el pacto para la firma del
Frente Patriótico comenzó con un proceso de carpintería política en el segundo
nivel del edificio que alojaba al entonces Canal 13, en la calle Luis Pasteur,
en Gascue, propiedad del ingeniero Guaroa Liranzo Sánchez, una de las personas
de mayor confianza del literato de Navarrete.
A ese edificio asistían
con frecuencia Miguel Cocco Guerrero, Danilo Medina y Euclides Gutiérrez Fèliz en representación
del PLD, y Liranzo Sánchez y otros comisionados del PRSC, para darle basamento
ideológico al documento para la firma del Frente Patriótico.
Balaguer, por su
sapiencia de calculista político, preveía que una vez Peña Gómez ganase las
elecciones en 1996, podría morir en el poder, y le sucedería en la Presidencia,
de acuerdo al mandato constitucional, al licenciado Fernando Álvarez Bogaert.
Contra Álvarez Bogaert
fue que se firmó el pacto del Frente Patriótico, no contra el candidato
presidencial del PRD, José Francisco Peña Gómez.
Según la fuente que
conversó con los periodistas de El Orientador, Balaguer obtuvo la información
de que el compañero de fórmula electoral de Peña Gómez intentó, cuando era
director del CEA, involucrar a Emma Balaguer Ricardo en un expediente de
corrupción en ese organismo.
Es de ahí que Balaguer, en la vorágine de la campaña de 1996, le advirtió a Álvarez Bogaert: ¡Si toca
esa tecla, te hundes!
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