👉El doctor Tony Pimentel fue un combativo dirigente de la
izquierda revolucionaria. Fotografía Freddy Medrano, director www.ElOrientadorrd.com
Redacción Freddy Medrano
Editor en jefe
SANTO DOMINGO, República Dominicana (EXCLUSIVO).- Tras
asumir el poder luego del paso de la Revolución de Abril de 1965, la naciente
administración de Joaquín Balaguer, lo que se conoce como el Gobierno de los 12
Años, tuvo que encarar varios frentes, los partidos del sistema democrático, y
los grupos de izquierda que tenían como tácticas de acción, los actos subversivos
y de sabotajes.
El entonces joven, y hoy médico de prestigio, Tony
Pimentel, entra en ese proceso de la llamada izquierda revolucionaria.
De estatura pequeña, piel morena y de voz ronca, el
profesional de la medicina no se arrepiente de su paso por la izquierda,
combatiendo en las calles al llamado Gobierno de los 12 Años.
En el desarrollo de un acto político, en la Casa Nacional
del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Pimentel confesó a boca llena: “Yo era
un terrorista”.
La expresión del prestigioso médico motivó a los
periodistas de El Orientador, para que Pimentel profundizara
sobre su pasado en la izquierda.
“Si comenzamos no terminamos ahora”, disparó como un
experto guerrillero.
Inició sus acciones como combatiente revolucionario en
las filas del entones emblemático Movimiento Popular Dominicano (MPD), uno de los
más aguerridos grupos de izquierda que combatieron al régimen balaguerista.
Pimentel de su paso por el MPD, ingresó a los Movimientos
Revolucionario Camilo Torres (CORECATO), que orientaba el fenecido exdirector
de Aduanas, Miguel Cocco Guerrero, otro de los grupos beligerantes al gobierno
del autor del libro “El Cristo de la Libertad”.
Las andanzas del galeno llegaron al terreno de la
Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), donde en varias ocasiones fue a
parar a la cárcel de la Victoria.
El Orientador
insistió en que Pimentel narrara algunos de los momentos en que su vida estuvo
en riesgo en más de cinco ocasiones.
Frena el tono de su voz, y nos mira fijamente a los ojos,
y dispara: “El asalto de un banco en La Romana”.
Qué banco era ese doctor-, le requerí.
"¡Déjalo ahí!", respondió Pimentel.
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