Reportaje Especial
FREDDY MEDRANO
Editor en jefe
COTUÍ, provincia Sánchez Ramírez,
RD. (Exclusiva).- Tal
vez pocas personas logran la oportunidad de llegar a los 76 años y contar con
18 hijos que viven todos en la actualidad, cuyo padre logró criarlos “fajao con
un machete en las manos en medio de un monte y sembrando yuca”.
Es el caso de José
Lucía Otáñez, alias Polín, un dominicano de “pelo en pecho”, nacido en el
municipio de Cotuí, en la provincia Sánchez Ramírez, a 70 kilómetros del
noroeste de Santo Domingo, la capital de la República Dominicana.
La mayor satisfacción
de este “puro cibaeño” es que ninguno de sus vástagos ha doblado hacia la
delincuencia ni en hacer lo mal hecho en violación a la ley y a los principios
de la convivencia ciudadana.
-Polín cómo usted crió
18 hijos-le disparé.
“Bueno, yo los procreé
con un machete en las manos, heredado por mi papá, y vendiendo la libra de yuca
a cinco pesos, y ganándome peso y medio por un día de trabajo”, explicó.
Eras las diez de la
mañana del viernes 4 de julio de este 2022, a la entrada del municipio de
Cotuí, donde acudiría el presidente Luis Abinader a dejar inaugurado el centro
de la estatal Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en la provincia
Sánchez Ramírez.
El calor de ese día se
hacía más intenso a medida que pasaban los minutos.
José Lucía Otáñez
recurre a su memoria y recuerda que su primer hijo lo tuvo en el 1968, cuando
gobernaba en ese entonces el fenecido expresidente Joaquín Balaguer, a quien
Polín le hizo una rabiosa oposición.
Su militancia política
El cotuisano asegura que desde el vientre de su madre era un perredeísta, así se llaman a los
militantes del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el mayor opositor en
ese entonces del régimen que encabezaba el autor de la obra “La memoria de un
cortesano en la Era de Trujillo”.
“Donde fue el gobierno
que más me atacó porque yo ha sido un dirigente del PRD, y en los gobiernos de
Balaguer no querían saber de los perredeístas, porque eran acusados de
comunistas”, dijo Polín con su camisa desabrochada a los periodistas de El
Orientador.
Otáñez asegura que en
sus mejores tiempos sembraba en terrenos agrícolas yuca, guandules, maíz, y
realizaba jornadas de trabajo en otros predios para que me pagaran algún dinero
para comprar el arroz.
- ¿Y los 18 hijos están
vivos? -le pregunté.
“Están vivos toditos”,
aseguró Polín.
- ¿A qué se dedican? -
lo sorprendí.
“Hay algunos que están
en buena, otros están igual que yo, sin na, desbaratao, y en fin se la han
estado buscando horadamente, y sin no recibir noticias o una mala querella de
ellos”, dijo el agricultor cotuisano de 77 años.
Tuvo que huir del poblado
El régimen de Balaguer,
en su primera etapa, aplicó una política represiva contra sus opositores,
varios de los cuales fueron asesinados y otros tuvieron que ir a la cárcel o al
exilio.
“Cuando Balaguer tuve
que coger la loma hacia donde vivía una hermana mía, éramos cuatro hermanos, de
los cuales tres murieron, estoy yo vivo. Vivía una hermana mía, donde nosotros nos
alojábamos en una loma llamada “media cara”, dice.
La hermana José Lucía
Otáñez vivía en la sección Sabana Larga, de Cotuí.
“Teníamos que amanecer
encima de una mata de mangos, acostados, porque abajo nos encontraban,
orientados con los dirigentes de aquí del pueblo que nos enviaban la comida con
los encargados de las fincas”, revela.
¿Qué usted recuerda de
Vicente Sánchez Baret?-le dije.
“Vicente Sánchez Baret
fue uno de los más sufridos, es de mi edad, es compañero mío, porque Vicente ha
sido, igual que yo, perredeísta toda la vida”, señala.
¿Y de Hatuey Decamps
que recuerda?
“Hatuey un miembro, un
ídolo del PRD”, dijo.
¿Pero usted lo conoció?
-le insistí.
“¿Hatuey Decamps?, pero
Hatuey y yo éramos de la misa edad. El nació y se crió aquí en Cotuí”, expresó
con aire de satisfacción.
¿Qué recuerda usted de
Hatuey Decamps?-volví a preguntarle.
“Con Hatuey emprendimos
la lucha contra los reformistas, que hacíamos las reuniones escondidos con los
pies afuera de los locales para salir huyendo, porque tenían muchos chivatos y
nos chivateaban para que nos a apresaran.
¡Qué empujón!
En una de las tandas
redadas policiales contra los opositores al régimen de Balaguer, Polín fue
apresado y llevado al destacamento policial de Coutí.
Estando allí, le dieron
un inolvidable recibimiento: “A mí me dieron un empujón que me llevaron desde aquí
hasta donde está aquel letrero (50 pies de distancia) en la Policía, porque me
negué a leer un letrero que tienen encima del escritorio, que es donde dice
cómo es el comunismo”.
“Yo sabiendo de letras
no podía decirles que sabía de letras, porque me mataban, no lo pude leer, y
cuando me dieron ese empujón, a los tres días de habernos cogidos presos porque
veníamos del monte”, explicó Polín.
No quiere saber de Balaguer ni en
pintura
“El gobierno de
Balaguer fue el gobierno más fatai y azaroso que pasó por este país”, explotó.
“Y con todo y eso, nos
soltaron, que estábamos en el mercado, cuando eso era el mercado viejo, camino
a Villa La Mata, entramos a comprar unos guineítos los cuatro, y ahí mismo
llegaron más de 30 policías, diciendo que no, que los comunistas no puen tai
sueito, y los comunistas tiene que estai preso”, dijo.
Otáñez explicó que “y
nos llevaron a daino goipe, y nos matan a goipe, muertos del hambre, y las
mamás y los papás de nosotros a los gritos”
La sentencia de Polín
“Yo odio y maldigo al
Partido Reformista para toda la vida, y después vino el fatal PLD acabar con el
país entero, porque nosotros no éramos comunistas, era luchando por liberar al
país a juntos de un gobierno como el de don Antonio Guzmán, que fue tan serio”.
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